que causa perplejidad - significado y definición. Qué es que causa perplejidad
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Qué (quién) es que causa perplejidad - definición

UNO DE LOS ELEMENTOS ESENCIALES DEL ACTO JURÍDICO
Causa jurídica; Causa juridica; Causa (Derecho)

Falacia de causa cuestionable         
Non causa pro causa
Las falacias de causa cuestionable también conocidas como falacias causales o non causa pro causa son falacias informales donde una causa es identificada de manera incorrecta.
que         
PERIÓDICO DIARIO DIGITAL
Que!; Diario Qué!; Qué! (diario); Qué (diario); Que (diario); Que! (diario); Diario Que!; Que.es; Que
pron. relat.
1) Que con esta sola forma conviene a los géneros masculino, femenino y neutro y a entrambos números singular y plural. Sigue al nombre o a otro pronombre. Puede construirse con el artículo determinado en todas sus formas en concordancia con el antecedente.
2) A veces equivale a otros pronombres precedidos de preposición.
pron. interrog.
Agrupado o no con un nombre substantivo, inquiere o pondera la naturaleza, cantidad, intensidad, etc, de algo. Se emplea con acento prosódico y ortográfico.
pron.
Agrupado con un substantivo o seguido de la preposición de y de un substantivo, encarece la naturaleza, cantidad, calidad, intensidad, etc, de algo. Se utiliza con acento prosódico y ortográfico.
pron.
1) Agrupado con adjetivos, adverbios y locuciones adverbiales, encarece la calidad o intensidad y equivale a cuán. Lleva acento prosódico y ortográfico.
2) En oraciones interrogativo-exclamativas de naturaleza afirmativa o negativa equivalentes a oraciones declarativas de naturaleza negativa o afirmativa respectivamente, desempeña diferentes funciones gramaticales, agrupado con diversas clases de palabras. Se emplea también con acento prosódico y ortográfico.
conjunc.
1) Cuyo oficio es introducir una oración subordinada substantiva con la función de sujeto o de complemento directo. Sirve también para enlazar con el verbo otras partes de la oración.
2) Forma parte de varios modos adverbiales y conjuntivos.
3) Se emplea como conjunción comparativa.En frases de esta naturaleza omítese con frecuencia el verbo correspondiente al segundo miembro de la comparación. Se hace a veces tal omisión por reclamarlo así las leyes de la sintaxis.
4) Deja de pedir verbo en locuciones familiares.
5) Usado en vez de la copulativa y, pero denotando en cierto modo sentido adversativo.
6) Se usa igualmente como conjunción causal, equivaliendo a porque o pues. También hace oficio de conjunción disyuntiva, equivaliendo a o, ya u otra semejante.
7) Toma asimismo carácter de conjunción ilativa, enunciando la consecuencia de lo que anteriormente se ha dicho.
8) Suele usarse también como conjunción final con el significado de para que.
9) Precede a oraciones no eníazadas con otras.
10) Precede también a oraciones incidentales de sentido independiente.
11) Después de expresiones de aseveración o juramento, generalmente sin verbo expreso. Precede al verbo con que empieza a manifestarse aquello que se asevera o jura.
12) Con el adverbio no pospuesto, forma un modo de decir equivalente a sin que.
13) Se emplea con sentido frecuentativo de encarecimiento, equivaliendo a y más. Solo se usa cuando el segundo miembro enlazado por la conjunción es repetición del primero. La expresión así formada tiene valor adverbial.
14) Se emplea después de los adverbios sí y no para dar fuerza a lo que se dice.
15) Se emplea a veces como conjunción causal o copulativa antes de otro que equivalente a cuál o qué cosa.
Ver: ¿que?
Ver: qué
sust. masc.
1) Se usa en frases y locuciónes como no haber de qué. _ {fr. fig. fam.
2) Tener alguna cualidad estimable.
3) Tener su motivo, su importancia, su razón de ser, etc.
que         
PERIÓDICO DIARIO DIGITAL
Que!; Diario Qué!; Qué! (diario); Qué (diario); Que (diario); Que! (diario); Diario Que!; Que.es; Que
que (como pron. rel., del lat. "quem", acusativo de "qui"; como pron. interr., del lat. "quid"; como conj. completiva, del lat. "quid" interrogativo; y como conj. comparativa, del lat. "quam", conj. comparativa)
1 (sin acento ortográfico) pron. rel. Como pronombre relativo tiene dos funciones: "especificativa" y "explicativa". En la primera "especifica" a qué individuos de los designados por el antecedente se refiere el que habla: "Los excursionistas que estaban cansados (no todos los excursionistas, sino sólo los que estaban cansados) se quedaron en el albergue". En la segunda explica algo relativo a todos los seres designados por el antecedente: "Los excursionistas (todos los excursionistas), que estaban cansados, se quedaron en el albergue"; para diferenciar un papel de otro, en el segundo caso se pone una coma delante y otra detrás de la explicación. (inf.) Una construcción ponderativa muy típica y graciosa es aquella en que el antecedente es un adjetivo (puede serlo también un adverbio, aunque no es tan frecuente), un nombre de cualidad sin artículo o una expresión de situación o de actitud: "Castizo que es el muchacho. Talento que tiene este cura. Listo que es uno. Ganitas de jugar que tiene la niña". Sus equivalentes serían: "Es que el muchacho es muy castizo. Es que yo tengo mucho talento. Es que soy muy listo. Es que la niña tiene muchas ganas de jugar". El tono jocoso de la frase se aumenta construyéndola, como en los ejemplos citados, en tercera persona, aun refiriéndose a uno mismo o a la persona a quien uno se dirige; pero esto no es forzoso.
2 (con acento ortográfico) pron. interr. Representa una cosa, cualidad o determinación no expresadas o por las que se pregunta. Completamente solo, "¿qué?" se emplea en lenguaje conversacional familiar para preguntar por cualquier cosa dicha antes por el interlocutor y que no ha sido entendida o se desea aclarar o confirmar. Puede también llevar delante la conjunción "y", y, entonces, lo que se implica en el pronombre interrogativo no es algo ya dicho, sino una información complementaria que se espera: "Ayer hablé con él. -¿Y qué?". La expresión "¿y qué?" equivale también a "¿qué importa?". Y eso qué, y a [ti, etc.] qué. Empleado delante de un verbo, equivale a "qué cosa": "¡Qué me dices. ¿A qué vienes. ¿De qué me estás hablando?". A veces forma interrogaciones que implican una negación: "¿Qué puedes decirme que yo no sepa?". adj. interr. Precede a un nombre y representa una cualidad o determinación de éste no sabidas: "Dime qué traje vas a ponerte. ¿Qué autobús es aquel?". En esta función y construcción hay otro relativo equivalente, "cuál, cuáles"; pero "qué" es mucho más usado. En lenguaje conversacional se emplea en vez de "cuánto" e, incluso, de "cuántos": "¿Qué dinero me diste. ¿Qué años tiene ya tu padre?". A veces, se emplea con el significado de "qué clase de", envolviendo en ocasiones un sentido despectivo: "Me gustaría saber con qué gente va. ¿Qué manzanas me traes ahí!?". pron. interr. Se emplea en lenguaje coloquial precediendo a lo que constituye propiamente la pregunta; en la enunciación puede tener un leve tono interrogativo; pero en la escritura se pone fuera del signo de interrogación: "Qué, ¿estás decidido?".
3 (con acento ortográfico) adj. excl. Con el mismo significado y la misma construcción que en las expresiones interrogativas se emplea "qué" en exclamaciones directas o indirectas, representando una cualidad que no es expresa, por la cual se manifiesta ponderativamente asombro, miedo, enfado, pena o cualquier otro sentimiento: "¡Qué concierto! ¡Qué vino! ¡Qué tormenta se prepara!". Cuando el nombre a que precede es de sentimiento o actitud, la cualidad representada es "grande": "¡Qué alegría! ¡Qué miedo! ¡Qué risa! ¡Qué rabia! ¡Qué gracia!". En esta forma, o sea, precediendo a un nombre solo, lo mismo puede expresar admiración que enfado o censura: "¡Qué hombre! ¡Qué tiempo!". Precediendo a un adjetivo equivale a "cuán": "¡Qué magnífica vista! ¡Mira qué triste viene!". A veces, la cualidad que provoca la exclamación se expresa a continuación del nombre, con los adverbios "más" o "tan": "¡Qué casa tan alta! ¡Qué niño más pesado!". Con "de" pospuesto expresa número y equivale a "cuántos": "¡Qué de cosas te diría!". Puede emplearse en la misma forma con nombres colectivos: "¡Qué de gente va en el entierro!".
4 (sin acento ortográfico) conj. Forma oraciones que son complementos de otra. Mediante "que" una oración con el verbo en forma personal queda apta para ser usada como complemento directo, como si el verbo estuviera en infinitivo, que es la otra forma de oración sustantiva: "No le dejó que viniera" equivale a "no le dejó venir". También resulta utilizable como sujeto: "Que no entiendes nada de eso está bien claro"; particularmente, de verbos terciopersonales: "Es que yo no lo sabía. Hay que decírselo. No hace falta que vengas". En realidad, admite esta misma interpretación la composición de "que" siguiendo a una preposición o expresión prepositiva.
5 Un empleo propio de "que", indudablemente conjuntivo, es enlazar el verbo "tener" como auxiliar con otro, formando la llamada conjugación de obligación: "Tengo que marcharme".
6 Se emplea en vez de "y" para unir una oración afirmativa con otra negativa con el mismo verbo, que se le contrapone: "Necesito dinero, que no consejos. Lo dijo él, que no yo".
7 Puede sustituir a cada una de las dos partes de las expresiones correlativas de significado *concesivo "lo mismo si... que si...", "tanto si... como si...", etc., poniendo el verbo en subjuntivo: "Que ría o que llore, se lo tengo que decir". Cuando la segunda oración tiene el mismo verbo que la primera, en forma negativa, puede suprimirse el primer "que": "[Que] le guste que no le guste, se tendrá que aguantar"; esta construcción es particularmente frecuente con el verbo "querer": "Quieras que no quieras, te lo hará comer". Puede suprimirse también el segundo verbo: "Quiera que no [quiera], tendrá que venir". Antiguamente, se empleaban expresiones concesivas con "que" de forma algo distinta: "Barbadas o lampiñas que seamos las dueñas, también nos parieron nuestras madres" (Quijote).
8 Forma expresiones frecuentativas o *reiterativas de sentido ponderativo: "Está dale que le das al latín. Se estuvieron habla que habla hasta las tantas de la noche". A veces, el segundo verbo se pone en futuro: "Se pasó toda la noche llora que te llorarás".
9 También puede, en lenguaje coloquial, hacer el papel de conjunción *hipotética: "Que nos cansamos... nos quedamos a dormir en algún sitio del camino. Que no puedes venir... me avisas".
10 Hay infinidad de giros o expresiones formadas con la conjunción "que" y un elemento básico constituido por una preposición, un adverbio o un nombre, con las que se expresan multitud de relaciones: "Me iré sin que se enteren. Volveré antes que anochezca. Luego que llegaron. De manera [o modo] que. Al punto que. Como quiera que. De suerte que. Al tiempo que. A la vez que". No es descaminado interpretar las expresiones conjuntivas de esta clase en que hay un nombre como esquematizaciones de oraciones en las cuales "que" sería un pronombre relativo que tendría como antecedente el nombre en cuestión; lo cual suministra otro punto de tránsito entre el "que" pronominal y el "que" conjuntivo. Conjunción.
11 "Que" enlaza oraciones en que se establece una comparación, generalmente con el verbo de la segunda sobreentendido: "Está más alto que [estoy] yo. Toledo está más cerca que [está] Salamanca". Cuando la comparación es de igualdad, el enlace se realiza con "igual [o lo mismo] que", expresión equivalente a "como": "Te pasa lo mismo que a mí". Comparación.
12 Se usa con significado consecutivo en correlación con las expresiones "de tal manera, de tal modo, tal, tan (con un adjetivo), tanto" puestas en la primera oración: "Me dijo tales cosas que no supe qué contestar. Su atrevimiento es tan grande que no me extrañaría que hubiese dicho eso". También puede considerarse como consecutivo el "que" de giros tales como "huele que apesta, tiene un genio que no hay quien le aguante".
13 Se construye a veces con un verbo de conocimiento o percepción en subjuntivo, introduciendo una restricción o limitación: "Que yo sepa no ha venido nadie. Que tengamos noticia, no se ha dado ninguna orden referente a eso".
14 Detrás de una frase negativa y con el adverbio "no" pospuesto, equivale a "sin que": "No voy una vez al cine, que no haya cola para comprar la entrada".
V. "¡A que...!, ¿A qué...?, ¡A que sí!, ¡A qué [viene]...!".
A la [o lo] que. Expresión popular que equivale a "*cuando": "A la [o lo] que yo llegué ya había acabado todo".
V. "ahora que, algún [o alguno] que otro, bien que, el caso es que".
¡Con lo que...! Exclamación de *queja o censura porque cierto resultado o cierto suceso consabido no corresponde a la cosa que se expresa: "¡Con lo que yo le quiero! ¡Con lo que él se ha sacrificado por todos!".
V. "¿a qué conduce?, dado que, el qué dirán".
El que más y el que menos. *Quien más, quien menos.
V. "y eso que..., ¿y eso qué?, estar que, que hacer, hacer como que, ¡qué va!, mal que, de manera que, más que, por más que, a menos que, a qué, de modo que, por mucho que, ¡ni que...!, ¡a que no!".
Por qué [o ¿por qué?]. Expresión interrogativa que se emplea en preguntas directas o indirectas y en explicaciones indirectas: "¿Por qué no viniste. Me gustaría saber por qué lo dijo. Me explicó por qué estaba aquí".
¡Qué de...! V. "que" (3.ª acep.).
Que para qué. Expresión ponderativa familiar que se pospone a la palabra que expresa lo que se quiere ponderar: "Tiene unos humos que para qué".
Que si... Expresión frecuente en lenguaje familiar para iniciar la referencia a cada una de las cosas que se cuentan como dichas por otra persona: "Con que si tiene mucho trabajo, que si ha estado malo, que si ha tenido mala a su mujer... el caso es que aún no lo ha hecho". Que si fue que si vino, que si tal que si cual.
V. "es que, qué hay, qué hubo, a qué santo, a santo de qué, a no ser que, ¡a que !, [o pues ] que, a qué son, a son de qué, ¿qué tal?, a ti qué, todo lo que, ¿a qué viene?, a vosotros qué, ya que".
. Notas de uso
Su función, como en latín, es originariamente de pronombre. La evolución semántica por la cual ha llegado a transformarse en conjunción, completiva o comparativa, no obedece a un proceso lógico de tan fácil comprensión como el de la generalidad de las evoluciones de esa clase; pero esta duplicidad de funciones no es una particularidad de determinada lengua sino un fenómeno lingüístico que puede llamarse general.
Si no explicarse lógicamente, paso a paso, la transformación del "que" pronombre (representante de un nombre y en papel de sujeto o complemento) en "que" conjunción (vínculo entre dos verbos), sí es posible encontrar explicable ese paso intuitivamente.
Tenemos, en primer lugar, las parejas formadas por el "qué" interrogativo y el "que" con que se le responde; en la interrogación "¿por qué?", "qué" es un pronombre equivalente a "¿qué cosa?"; y, en la respuesta "porque" (= "por que"), "que" es una conjunción que afecta a algún verbo y es como un eco del "qué" interrogativo y con su mismo contenido ideológico. Relación semejante existe entre el "qué" de "¿qué le has dicho?" y el "que" de "le he dicho que venga".
En las expresiones "haber que" y "tener que" es evidente que la partícula ha tenido en su origen papel netamente pronominal (de complemento): "Haber qué comer, tener qué decir"; pero, por un proceso expresivo no extraño, el hablante ha pasado a añadir un nuevo complemento al verbo, diciendo "hay que decir la verdad, hay que comer pan"; entonces, los verdaderos complementos son "verdad" y "pan", que lo son de "decir" y de "comer". Y "hay" ha quedado como verbo auxiliar en las locuciones "hay que decir, hay que comer", donde "que" hace de vínculo entre los dos verbos, es decir, de conjunción.
Para completar los ejemplos anteriores, véanse más adelante, en el apartado correspondiente a "que" pronombre relativo, las frases de la forma "dar que hablar, dar que reír", etc.; y en el grupo de usos de "que" conjunción que siguen al de "que" conjunción completiva, el caso de "que" pospuesto a un nombre, tales como "al punto que, al tiempo que, a la vez que".
Como pronombre relativo tiene dos formas: con artículo y sin él.
"Que" sin artículo.- Es el único relativo que se emplea como sujeto de una oración especificativa, tanto para cosas como para personas: "He encontrado el libro que me hacía falta. El señor que vino ayer". También es el único que se emplea para cosas como complemento directo, en oraciones especificativas: "El asiento que ocupas. La tela que has comprado". Puede sustituir a "a quien" en complementos directos de persona: "Ha venido alguien que no conozco". En complementos indirectos de cosa, puede emplearse: "La mesa a que diste barniz"; pero es preferible emplear "cual" ("a la cual diste barniz"). Se usa para cosas, como complemento circunstancial, con cualquier preposición, excepto con "sin": "La casa en que vivo. La pluma con que escribes. El libro de que me hablaste". También puede emplearse para personas con la preposición "de": "El muchacho de que están hablando"; pero con otras preposiciones es insustituible "quien".
Usado sin antecedente y precediendo a un infinitivo en frases como "dar que decir, me estás dando que pensar" se aproxima más que en ningún otro al papel conjuntivo, y se vacila entre acentuarlo o no. En "tener uno que perder", "que" es más un pronombre indefinido (algo que) que un relativo.
"Que" con artículo.- 1.. "El, la, lo, los, las que" es, en realidad, un relativo distinto de "que" y equivale exactamente a "el cual", incluso en los casos en que éste se refiere a personas y sustituye a "quien": "El muchacho al que utilizo para estos servicios. He recibido contestación del señor al que escribí el otro día. La mesa a la que diste barniz".
2.. Pero, en otros casos, el artículo "el, la, lo, los, las" precediendo a "que" tiene distinto carácter: resulta de la supresión del nombre entre su artículo y una oración de relativo que lo especifica, de la misma manera que, en otros casos, se suprime entre el artículo y un adjetivo, "el [hombre] que no conocemos" o "el [hombre] desconocido", y equivale al pronombre "aquél" en los casos en que éste, para ajustar la frase a la regla que exige que el relativo vaya precedido inmediatamente de su antecedente, representa a éste: "Esta cláusula es la que [o aquella que] dio lugar a tantas discusiones". Relativo.
Cuando se trata de personas no hay que suponer ningún nombre elíptico entre "el" y "que" y "el que" equivale a "quien" en función de pronombre indefinido: "El que [o quien] no esté contento puede marcharse".
Este mismo papel tiene "lo que", expresión de uso frecuentísimo que equivale a "la cosa que" y con la que se representa cualquier cosa de género indeterminado, o una oración o un discurso completo: "Contó lo que había ocurrido. Vino antes de lo que pensábamos. Lo que me extraña es que no esté aquí ya". Cuando el verbo de la oración principal es "ser", este verbo puede concertar con "lo que", en vez de con el sujeto de esa oración: "Lo que más lee es [o son] libros de filosofía". A veces, "lo que" equivale a "todo lo que" o "cuanto": "Esto que ves es lo que tengo".
"Que" precedido de artículo puede desempeñar cualquier papel en la oración, incluso el de complemento con preposición: "La forma adoptada es la en que se redactó primeramente el proyecto. Este libro es el de que te hablé"; ahora bien: estas frases, aunque suenan forzadas, se pueden usar y se encuentran usadas; pero con cualquier otra preposición la falta de naturalidad es mucho mayor y tal construcción es inusada; nadie diría, por ejemplo, "esta casa es la a que vengo todos los días" o "los papeles perdidos son justamente los sin que no puedo terminar mi trabajo"; y, aún menos, "la comida era de las a que no estoy acostumbrado", ejemplo en que hay otra preposición delante del artículo; en tales casos, para obtener una oración que no resulte forzada, gramaticalmente intachable, si, por haber nombrado ya el antecedente, no se está a tiempo de cambiar la elipsis haciendo que éste se enuncie inmediatamente delante del relativo (en vez de "esta casa es a la que vengo...", "Esta es la casa a que vengo..."), no hay otro recurso que emplear "aquel" en lugar de "el": "Esta casa es aquella a que vengo... Los papeles perdidos son justamente aquellos sin los que... Me dieron una comida de aquellas a que...". Pero este empleo de "aquel" suena afectado y, por lo menos en lenguaje hablado y rápido, se evita, dejando en su lugar precediendo a "que" el artículo "el, la, lo...", pero con la preposición trasladada delante de éste: "Estas escenas son a las que estamos acostumbrados. Los papeles perdidos son justamente sin los que no puedo terminar mi trabajo. La plaza que desempeña no es para la que fue nombrado". Estas construcciones no son gramaticalmente correctas; tomando como ejemplo de referencia el último ejemplo, se observa que, en primer lugar, el antecedente "la plaza" está separado del relativo "la que" por el verbo "es", y, en segundo lugar, que este relativo hace al mismo tiempo de atributo de "es", a pesar de su preposición, y de complemento indirecto de "fue nombrado"; pero son corrientísimas. Sin embargo, en lenguaje escrito e, incluso, en el hablado lento esmerado (conferencias, etc.), es preferible, si no se quiere emplear "aquel", evitar enunciar el antecedente en primer lugar y reservar su enunciado para inmediatamente delante del relativo, como se ha indicado antes: "Los perdidos son justamente los papeles sin los que no puedo terminar el trabajo. La que desempeña no es la plaza para que fue nombrado".
El antecedente de "que" puede ser también un adjetivo o un adverbio precedido de "lo": "No sabes lo difícil que es encontrarle. No me imaginaba lo grande que es esta ciudad. Debieras perdonarle por lo mucho que ha sufrido". Como se ve, todas estas frases tienen sentido ponderativo. Cuando el antecedente es "mucho", puede suprimirse y, entonces, "lo que" solo sigue teniendo sentido ponderativo, equivaliendo a "cuánto": "No sabes lo que lo siento. Dile lo que se lo agradezco".
Seguramente guarda relación con la anterior construcción el hecho de que, cuando el antecedente de "que" es un nombre de magnitud, puede también sustituirse por "lo": "No sé exactamente lo que (la distancia, los quilómetros que) hay de Madrid a Toledo. Dime lo que pesas. No sé lo que hace que no le veo".
Puede ser antecedente de "lo que" "todo" u otro pronombre indefinido: "Te traigo todo [o algo de] lo que me has encargado". Y merecen especial mención los casos en que el antecedente es "nada" u otro indefinido negativo: "Nada se hace allí que no sea autorizado por él. Nadie le pide ayuda que sea rechazado". Puede también emplearse "que" con las preposiciones "a" o "en", con un nombre de tiempo, de lugar o de modo como antecedente, equivaliendo a "donde", "cuando" o "como": "No está en el sitio en que lo dejé. La época en que esto ocurría. La tienda a que me mandaste. La forma en que me lo dijo". Cuando el antecedente es un nombre de tiempo, puede suprimirse la preposición: "Los años [en] que estuvo sin trabajar. El día [en] que tú naciste". Cuando el verbo es "hacer" usado terciopersonalmente, esa supresión es obligada: "Hace tres meses que no sabemos nada de él". Se discute si es admisible emplear en español, sin incurrir en galicismo, las formas: "Es allí que tienes tu obligación. Fue entonces que me di cuenta. Ha sido exactamente así que me lo ha dicho", o sea, utilizando "que" sin preposición con un adverbio de tiempo, de lugar o de modo como antecedente. No faltan ejemplos, aunque raros, de su uso en el periodismo actual; pero puede decirse que, si bien esta construcción tiene a su favor flexibilidad y ligereza indudables, el oído español la rechaza y, además, no se siente su necesidad, pues es igualmente cómoda la forma castiza con los adverbios "donde, cuando, como": "Es allí donde tienes tu obligación", etc.
Con verbos de percepción y expresión la construcción con "que" equivale a otra con "qué", o sea, el mismo pronombre en la forma interrogativo-exclamativa: "Conozco el plan que [o conozco qué plan] estáis tramando. Dime la dirección en que [o dime en qué dirección] iba".
El "que" conjunción completiva es también llamada por algunos gramáticos "sustantiva" y podría mejor ser llamada "sustantivante", pues, en efecto, transforma en sustantivas, o sea, en aptas para desempeñar el papel de sujetos o complementos directos expresiones u oraciones enteras.
Las construcciones "me alegro de que venga, me conformo con que me deje en paz, lo sé sin que me lo digas" admiten indistintamente la interpretación de que la conjunción "que" sirve para transformar en conjunción la expresión prepositiva que la precede que la de que sirve para transformar en sustantiva, y, por tanto, en apta para ser afectada por una preposición, la oración subordinada.
El "que" conjunción completiva que introduce un complemento directo puede elidirse; especialmente con verbos de opinión o sentimiento: "Siento [que] no hayáis llegado a tiempo". Pero se recomienda como más elegante la forma completa, y bien sea por tendencia espontánea, bien sea por efecto de esa recomendación, la elipsis de "que" va siendo cada vez menos frecuente y es probable que quede en una moda pasajera.
Con verbos de temor, si la subordinada es negativa y se suprime "que", toda la oración compuesta pasa a tener significado afirmativo: "Temo no se presente aquí antes de tiempo" (tengo miedo de que se va a presentar antes de tiempo).
La oración anterior a "que" puede estar reducida a un gerundio o un participio absoluto: "Creyendo que no había nadie... Visto que no veníais...". A veces, en vez de una oración completa, precede a la afectada por "que" una expresión desiderativa, exclamativa o de aseveración o juramento: "Lástima que no hayas podido venir. Ojalá que no sea tarde. Por mi honor que es como digo. A fe mía que estoy arrepentido". También es frecuente la conversión en oración con "que" de la oración precedida de "seguramente": "Seguramente que no lo sabe"; es menos frecuente con "ciertamente" y no admite esa conversión "probablemente".
En lenguaje coloquial se coloca también detrás de "sí" o de otro adverbio o expresión del mismo significado, como "cierto, seguro, a fe", bien por eufonía, bien para reforzarlas: "¡Sí que lo haré!".
En principio de oraciones interrogativas o exclamativas sin otra anterior a la que se enlacen, implica un verbo de expresión, de mandato o de deseo: "¿Que no estaba en casa. ¡Que no puedo! ¡Que vengas pronto! ¡Que Dios te proteja!". (Los verbos implícitos pueden ser, por ejemplo, "dices..., te digo, deseo, pido"). A veces, esta clase de oraciones, dichas con interrogación y tono suspensivo, expresan duda, negativa o desconfianza: "¿Que te invite al cine.... ¿Que tú lo vas a arreglar...?". Como se ve en los dos primeros ejemplos, el verbo afectado por "que" se pone en indicativo cuando está en pretérito o presente y el verbo implícito es "decir" u otro equivalente. Se usa en exclamaciones de *queja con el verbo en subjuntivo, implicando una oración o una expresión de lamentación antecedente tales como "¡qué triste es!", "¡qué lástima!" o "¡qué desgraciada casualidad!": "¡Que tenga yo que aguantar este insulto...! ¡Que no pueda decirle lo que merece...! ¡Que haya llegado la noticia justamente en estos momentos...!".
Puede también la exclamación con "que" no implicar ningún verbo antecedente: "¡Ay, que no puedo olvidarla! ¡Que me estoy cansando!"; en las cuales el "que" es puramente enfático.
A veces, la oración con "que" en papel de sujeto o complemento directo va precedida de "lo" o un pronombre demostrativo seguidos de la preposición "de": "Eso de que llegó ayer no es verdad. Lo de que tú sabes más lo veremos".
En estilo familiar o popular se repite "que" delante de la oración principal de una compuesta con "si": "Dile que si no le conviene que lo diga pronto"; antiguamente, por ejemplo en Cervantes, esta repetición era frecuente. Ahora no es tolerada en lenguaje escrito ni siquiera en lenguaje hablado culto.
"Que" en oraciones de complemento directo se sustituía antiguamente y se sustituye todavía en lenguaje popular por "como": "Sabréis como... Dile como mi hermano llegó ayer". Con el verbo "ver" la oración tiene verdadero significado modal y la sustitución por "como" es no sólo corriente y actual, sino que ha barrido a la misma con "que": "Verás como no viene", se dice siempre así aunque el significado es "verás que no viene".
Antepuesto o pospuesto "que" al sujeto, se emplea para formar exclamaciones de *deseo: "¡Yo que supiera lo que él sabe! ¡Que todo fuera tan fácil!".
La locución "a [a lo, al, por lo] menos que..." puede quedar reducida a "que": "Por aquí no ha pasado nadie... que yo sepa".
No todas las preposiciones son igualmente aptas para formar con "que" expresiones conjuntivas; no lo es "contra", pues no suena bien, por ejemplo, la frase "yo voto contra que vengan", en lugar de la cual se dice "yo voto en contra de que vengan".
Véase en "conjunción", la discusión de la legitimidad de las expresiones formadas con un adverbio, la preposición "de" y la conjunción "que"; tales como "antes de que, después de que".
La conjunción "que" tiene cierto poder expansivo por el que, en muchos casos, llena ella sola el papel de otras conjunciones o de expresiones completas, de las que ella formaría parte: "No vayas, que [o porque] no lo encontrarás. Nos fuimos antes que [o de lo que] pensábamos. Habla que [o de modo que] nadie lo entiende". Y también expresiones con las que se inicia un inciso: "Si va, que sí irá... (y es seguro que sí irá...). Se acostó de madrugada, que (y eso que) no le gusta trasnochar, por acabar la novela. Bailé, que no sé bailar, por hacer como todos".
Choque de dos "que".-Son muy frecuentes, por la multiplicidad de usos de "que", los casos en que la construcción lógica de la frase produce la repetición cacofónica de esta conjunción. (V. en "comparación" la manera de resolverlo en frases comparativas como "es igual que vaya que que se quede".) Cuando el encuentro procede de poner en forma indirecta una interrogación, puede suprimirse el "que" conjunción: "Me preguntó [que] qué quería". O bien pueden sustituirse ambos "que" por otra construcción con "que" pronombre relativo: "Me preguntó por lo que quería. Le pregunté que qué hora era" puede cambiarse en "le pregunté qué hora era" o "le pregunté la hora que era".

Wikipedia

Causa (derecho)

La causa es, para una parte de la doctrina jurídica, uno de los elementos esenciales del acto jurídico, junto con la voluntad y el objeto. Tradicionalmente se ha considerado que la causa consiste en la finalidad que cada sujeto persigue al contraer una obligación. También es importante saber cuál es la causa del contrato para determinar si es lícita.[1]

El contrato que carece de causa o cuya causa es ilícita será inexistente (sólo en el primer caso) o nulo, dependiendo de la posición doctrinal que se adopte. Se considerará a una causa ilícita cuando sea prohibida por la ley, contraria a las buenas costumbres o al orden público.

No debe confundirse con esto a la causa en Derecho procesal, que hace referencia al litigio que se dirime en los tribunales. En ese sentido, «conocer de una causa» significa ser juez en el litigio.

¿Qué es Falacia de causa cuestionable? - significado y definición